Investigación de José Cardoza y Javier Bermúdez para Primer Orden y CONNECTAS
A pesar de haberse jubilado hace más de una década, a sus 71 años Agustín tuvo que volver a laborar para poder subsistir. “Tengo este empleo, en una fábrica de Nueva York, desde hace poco”, relata mientras se alista para cubrir una jornada nocturna de siete horas. “Mi turno es de nueve de la noche a cuatro de la mañana. Es muy duro y pesado. El trabajo consiste en empacar galletas. Hay una mesa donde se ponen las bandejas que han salido de los hornos y se empacan en su container”, relata.
Agustín llegó a Estados Unidos en febrero de 2023. Sin pensión, a pesar de tener más de los 60 años que exige la ley para pensionarse en Nicaragua, su país natal. En 2018, ya siendo adulto mayor, tuvo que luchar por sus derechos pensionales, junto con cientos de personas que se manifestaron en contra de unas medidas gubernamentales que afectaban fuertemente a los pensionados. La situación se complicó tanto que desencadenó la más grave crisis política y social en la historia reciente de Nicaragua.
Agustín se enfrentó a la represión del régimen. Y, junto a miles de manifestantes, ganó la batalla contra las medidas propuestas por el sandinismo. Sin embargo, fue encarcelado y expulsado de su propio país, por el régimen de Daniel Ortega.
Debido a las protestas, el régimen sandinista se retractó y derogó la reforma de 2018. Sin embargo, en enero de 2019, luego que el régimen había logrado reprimir las protestas y recrudecer la represión, presentó, con carácter de urgencia, un nuevo combo de reformas a la Seguridad Social, que significan mayor peso para la empresa privada y la clase trabajadora formal. Asimismo, retomó de forma discrecional otros elementos de la reforma derogada y los presentó bajo el argumento de “garantizar a los asegurados y sus beneficiarios una protección integral en salud y dotarlos de medios de subsistencia en casos de acaecerles las contingencias de invalidez, vejez, maternidad, enfermedad ocupacional o accidente laboral”.
En el caso de los pensionados, se aplica una serie de medidas adicionales que, en cierta parte, no estaban contempladas en la propuesta de reforma anterior. Debido a ello, quienes se pensionan después de 2019 perciben menos del 30% de lo que reciben quienes se pensionaron antes de ese año. Por ello, si desean mejorar un poco sus ingresos de jubilación, muchos deben trabajar más allá de los 60 años. No obstante, debido a la represión desatada en 2018, con las nuevas medidas no hubo manifestaciones sociales.
En esta investigación de CONNECTAS Y Primer Orden, te contamos cómo se han visto perjudicados los adultos mayores en Nicaragua a cinco años de la crisis sociopolítica de 2018.
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