Recuerdan al conductor maniobrar sofocadamente, de repente sintieron los impactos y la unidad se fue al abismo. Los gritos que oyeron fueron de horror
Dos de los rostros más dramáticos de la tragedia ocurrida el miércoles 27 de julio en la cuesta La Cucamonga de Estelí, son el del matrimonio venezolano Jordan Castellano de 29 años y su esposa Cinthia Rojas de 26. Ellos viajaban con su niña de dos años, la única que sobrevivió.
Sus familiares han iniciado una colecta para repatriar sus cuerpos y llevarse a la niña que se encuentra en un centro asistencial de Estelí. El drama que estas familias viven, no tiene métrica.
“Es horrible, duro lo que nos está pasando”, dice Jean Carlos Espina Gutiérrez, un sobreviviente de ese país suramericano que vivió el horror del accidente mortal, considerado el peor en el país en los últimos diez años.
El hombre que dice estar acostumbrado a la vida difícil desde su salida de Venezuela hacia Colombia para huir de la crisis económica y política del régimen de Nicolás Maduro, no puede contenerse y llora al recordar los minutos que le siguieron al volcón de la unidad donde viajaban también colombianos, jamaiquinos y panameños hacia la frontera con Honduras para seguir en ruta hacia Estados Unidos.
Contó Espina Gutiérrez a medios como la ABC Stéreo de Estelí, que la tragedia comenzó a eso de las 6:30 de la noche de ese miércoles. Con todo lo que vivió en pocas horas, cree que si ahora vive, “es de puro milagro”.
Gritos de horror camino al precipicio
Quienes conocen La Cucamonga saben que se trata de una de las pendientes más peligrosas que tiene Nicaragua. En 2014, fue el escenario de al menos el 10 por ciento de las muertes por accidentes que ocurrieron ese año en todo el país. Y según la Policía de Tránsito, el trayecto, es el que ha provocado más luto que cualquier otro punto de alta peligrosidad vial en territorio nacional.
La Cucamonga es una cuesta inclinada y con curvas cerradas. Tiene por un lado imponentes cerros, mientras al otro extremo, abismos, adonde han ido parar los vehículos que se accidentan, como el bus de esta más reciente tragedia. Inicia en el kilómetro 167 de la Carretera Panamericana y finaliza en el 171. Cuatro kilómetros mortales.
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Espina Gutiérrez dice que le será imposible olvidar los gritos de horror de los pasajeros del bus. “El bus comenzó a dar vueltas, cayó en el abismo y lo paró un árbol, sino seguimos dando más vueltas”, relató el venezolano.
El extranjero sobreviviente fue trasladado al hospital San Juan de Dios, de Estelí con golpes en el cuerpo pero sin heridas que amenazaran su vida. Dijo que al contarle a su madre y su esposa lo ocurrido, todos lloraron. “Es difícil”, dice.
Conductor maniobró
Alex Sánchez, un panameño de 37 años, viajaba con su esposa y su hermana. Los tres sobrevivieron, pero dijo en el lugar del accidente que aquello fue “terrible”. “Yo vi maniobrando de forma sofocada al conductor del bus”, aseguró.
“Parece que él tuvo problemas con los frenos, no sé, de repente vio vehículos adelante, intentó esquivarlos, pero no pudo, se los pasó llevando, se abrió pa’cá y se vino de lado, nos fuimos al abismo”, contó.
Víctor Méndez, un esteliano que llegó a apoyar las labores de rescate, dijo que culminaron pasadas las dos de la mañana del jueves 28 de julio y que horas más tarde, cerca de las diez de ese mismo día, los propietarios de la unidad lograron extraerla, tras la reconstrucción del accidente por peritos policiales.
Imágenes de la tragedia, la peor en los últimos diez años. Cortesía.