Esta semana arribaron a Managua los restos mortales de Elder Aarón Carazo Hernández, un joven nicaragüense de apenas 23 años que soñaba con un futuro mejor en España.
Elder emigró hace tres años, buscando oportunidades para apoyar a su familia desde la distancia. Sin embargo, la tragedia lo sorprendió el pasado 24 de junio en la ciudad de Eibar, Guipúzcoa, cuando un grueso tronco de pino cayó sobre él mientras realizaba labores agrícolas, en condiciones irregulares y de alto riesgo.
Tras su llegada al país, su cuerpo fue trasladado hacia Somoto y, posteriormente, hacia la comunidad de Los Canales, en el municipio de San Lucas, Madriz, donde será despedido por sus seres queridos.
Más allá del dolor inmediato, la llegada del cuerpo permite a la familia cerrar el ciclo del duelo, abrazar su memoria y reencontrarse con su historia, aunque sea en el silencio de una despedida final.

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