El femicidio de María Migdonia Téllez expone la violencia machista y las creencias que aún persisten en la Costa Caribe de Nicaragua

La mañana del viernes 12 de septiembre de 2025, la comunidad rural de La Concha, ubicada a unos 12 kilómetros al sur de El Rama, se estremeció con un crimen atroz: María Migdonia Téllez Peña, de 54 años, fue brutalmente asesinada por Pedro Pablo Obando Silva, de 34.
Según testigos, la víctima fue amarrada a un caballo y arrastrada por casi dos kilómetros. Sus gritos de dolor resonaron en toda la comarca, hasta que su cuerpo, ya destrozado por las piedras del camino, fue rematado con golpes de garrote. El hecho dejó aterrorizados a los habitantes de la zona.
De acuerdo con la investigación preliminar, el ataque habría surgido por una disputa por la carta de venta de un toro que la mujer había comprado al acusado. Obando confesó a la Policía que actuó movido por odio y que consideraba a la víctima una “bruja”.
Tras cometer el crimen, el hombre se refugió en su casa, donde fue capturado por agentes de la Policía Nacional.
El proceso judicial en marcha
El 16 de septiembre, durante la audiencia preliminar, la jueza María Adela Vargas Duarte admitió la acusación presentada por el Ministerio Público y dictó prisión preventiva contra el acusado, destacando la gravedad de los hechos. La audiencia inicial fue programada para el próximo 29 de septiembre en el Complejo Judicial de El Rama.
El proceso judicial en marcha
Lo ocurrido en La Concha no es un hecho aislado. Según datos de Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), entre enero y mayo de 2025 se reportaron 37 femicidios en Nicaragua, de los cuales 10 ocurrieron solo en mayo, uno de los meses más violentos del año.
Organizaciones feministas denuncian que la cultura de impunidad facilita que delitos graves contra mujeres no se investiguen con la rapidez ni la seriedad necesarias, especialmente en las zonas rurales y de difícil acceso como la Costa Caribe.
La CEPAL y la OPS han señalado que el femicidio es la forma más extrema de violencia de género en América Latina y que Nicaragua enfrenta un grave desafío para atender este problema en el plano institucional y cultural.

Reflexión: más que leyes, una transformación cultural
El asesinato de María Migdonia Téllez obliga a reflexionar:
¿Cómo influyen las creencias como la “brujería” para legitimar la violencia contra las mujeres?
¿Qué papel juegan el aislamiento social, la falta de acceso a la justicia y la impunidad en comunidades rurales?
¿Cómo podemos cuestionar los prejuicios ancestrales y las estructuras machistas que normalizan el uso de la violencia?
Este caso muestra la convergencia de factores sociales y culturales: creencias discriminatorias, disputas rurales, ausencia de servicios de protección y un sistema judicial debilitado en territorios alejados.

¿Qué hacer para que no se repita La Concha?
Acceso rápido a la justicia en comunidades rurales, sin barreras económicas ni geográficas.
Programas de educación para promover el respeto mutuo, la igualdad de género y el pensamiento crítico frente a creencias discriminatorias.
Capacitación de autoridades locales: Policía Nacional, Fiscalía, Medicina Legal y Comisarías de la Mujer, con recursos adecuados y presencia territorial.
Redes de apoyo psicosocial y legal accesibles para mujeres en situación de riesgo, con rutas claras hacia la protección.
Legislación más firme que incluya como agravantes las creencias discriminatorias (como acusaciones de “brujería”) en casos de violencia de género.
Un debate necesario
Este femicidio abre un debate que trasciende a la Costa Caribe:
¿Qué tanto se habla en nuestras comunidades sobre la violencia contra las mujeres?
¿Cómo combatir la impunidad en un sistema que no siempre llega a las zonas más vulnerables?
¿Qué papel deben asumir medios, líderes comunitarios y organizaciones sociales en visibilizar y prevenir estos crímenes?
En la Costa Caribe, cada asesinato de una mujer nos recuerda que el problema no son solo las leyes, sino también las creencias, los prejuicios y las estructuras sociales que aún sostienen el machismo y la violencia.

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