Los padres se aferraron a su fe hasta que Dios les hizo el milagro de sanar a su pequeño.
Esta enfermedad puede no ser mortal si se detecta y se combate a tiempo, dicen especialistas.
Los últimos dos años han sido eternos para Maykelin y Joao. Sus vidas han cambiado para siempre desde que, en 2021, les dieron un diagnóstico que ningún padre quiere oír jamás: su pequeño hijo padecía cáncer. No había tiempo que perder, debía empezar su lucha para vencerlo.
Andrés Ignacio Soares García es descrito por sus padres como un niño inquieto, alegre y juguetón, que pese a ser hijo único le gusta interactuar con muchos niños a su alrededor.
Cambio de vida
Hace dos años, su vida también cambió, cuando en un hospital de Managua les dijeron a sus padres que el cáncer infantil lo amenazaba.
“Al cumplir sus tres años, Andrés empezaba a presentar fiebres altas, no cesaban. Nos alertamos porque desde que nació era un niño completamente sano, era difícil entender lo que estaba sucediendo, lo llevamos una y otra vez a chequeos médicos para que nos explicarán qué estaba pasando hasta el día que recibimos esta noticia. Fue el peor día que he vivido”, relata la mamá del pequeño.
“El médico –agregó– nos dijo que debíamos ser fuertes. Claro, era imposible con la noticia, nos desplomamos, pero el médico nos insistió, que podríamos luchar juntos. Ese mismo día doblamos las rodillas y le pedimos a Dios por la salud de mi hijo”, contó Maykelin García.
“Nunca perdimos la fe”
Pero Andrés no se dejó vencer. Se comportó como un valiente guerrero que luchó con el tratamiento de quimioterapia por dos años.
Sus padres aseguran que el proceso fue largo y muy doloroso, sin embargo, destacan que durante el periodo estuvieron rodeados del apoyo de amigos y familiares, mismo que fue fundamental para superar esa prueba de vida como ellos la llaman.
En agosto de este año, Andrés tocó la campana que es el gesto para anunciar que el enfermo ha vencido a esta enfermedad.
La tocó con gran entusiasmo y emoción porque se abre ante él una nueva oportunidad de vida.
El mal que amenazaba su vida se ha ido.
“Llegan momentos dónde los padres nos frustramos, el ver a nuestro pequeño botar todo su cabello, no poder comer bien luego de cada quimio, sostenerlo entre los brazos más de tres horas en cada sesión”
“Fue cansado, triste pero nunca perdimos la confianza en Dios, nunca perdimos la fe”
Sabíamos que nuestro guerrero iba a salir de esta, nuestros amigos un grupo de motorizados nos acompañaron en una caminata agradecidos por el regreso de mi pequeño ángel a casa”, relató la madre.
Detección temprana, salva vidas
El cáncer es una enfermedad caracterizada por el crecimiento descontrolado de un grupo de células del cuerpo, en Nicaragua un 75% de los niños diagnosticados con algún tipo de cáncer, logran curarse, siempre y cuando se logre una detección temprana.
Los tratamientos comunes para el cáncer infantil van en dependencia del nivel de avance en la enfermedad. Los métodos más utilizados para acabar con ese mal son cirugía, quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia y trasplante de células madre.
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