Educar no es únicamente transmitir datos, repetir contenidos o cumplir con un currículo impuesto desde fuera; educar es, sobre todo, despertar en el estudiante la capacidad de observar críticamente, de cuestionar su entorno y de comprender el sentido profundo del conocimiento.
Enseñar es provocar en el otro la habilidad de pensar por sí mismo, de conectar lo aprendido con su vida cotidiana, su cultura, su territorio y asumir con responsabilidad su propio actuar.
El conocimiento no tiene valor si no se comprende el “por qué” y el “para qué” de lo que se sabe. La verdadera enseñanza no solo toca la mente, sino que también despierta el alma, forjando seres humanos capaces de transformar su entorno de manera consciente y respetuosa.
Como docentes en la región de la Costa Caribe, tenemos la responsabilidad de reconocer y valorar el contexto diverso y complejo en el que ejercemos nuestra labor. Enseñar aquí implica comprender a fondo la riqueza de los pueblos indígenas, afrodescendientes, mestizos y otras identidades que coexisten en este territorio.
Cada aula es un mosaico de culturas, lenguas, tradiciones y saberes ancestrales. Solo desde esta comprensión profunda podemos desarrollar procesos educativos realmente pertinentes, que promuevan relaciones interculturales respetuosas y construyan ambientes de aprendizaje inclusivos.
Es fundamental recordar que no existen estudiantes “cerrados” o “brutos”. Cada estudiante posee una inteligencia propia, ligada a su historia, su cultura y su entorno.
Si un estudiante no aprende de la forma tradicional, es el deber del maestro o la maestra encontrar nuevos caminos, adaptar estrategias y acompañar su proceso de aprendizaje con paciencia, empatía y creatividad.
Nuestra función no es solo enseñar contenidos, sino formar seres humanos íntegros, capaces de aportar a la vida comunitaria con conocimientos útiles y con un profundo respeto por la diversidad.
Educar en la Costa Caribe es un acto de encuentro entre saberes, un diálogo permanente entre el conocimiento académico y los saberes ancestrales de nuestros pueblos. Enseñar desde esta perspectiva es sembrar en cada estudiante la semilla de la dignidad, la identidad y el pensamiento crítico.
Fuente. NB. Foto. MINED La Desembocadura RG. RACCS

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