2 años en la memoria de su pueblo
Una vez mientras caminábamos en una de las Calles de Bluefields le preguntamos a Sergio, de donde tomo el sobrenombre Bam Bam, nos dijo que no estaba seguro, pero cree que fue desde la época de la guerra de los 80s, algo nos comentó “Ban…. Ban” semejante al sonido de dos disparos.
Era común verlo todas las tardes frente a la Radio “La Costeñisima” cerca de la esquina de Radio Zelaya, en el Barrio Central, ahí conversaba con todo mundo, con los taxistas, estudiantes, funcionarios, trabajadores ambulantes, y tenía un lugarcito donde se sentaba cerca del andén al lado de la librería Domínguez, desde ahí tenía una panorámica del día, de la agenda de noticias, que luego constataba con el celular en mano.
Luego se movía en el vehículo si era necesario ir al barrio a constatar lo que ocurrió, o estaba en la cabina conversado con los invitados con las personas que llegan a denunciar o solicitar ayuda, era un todólogo, como la mayoría de los periodistas entregados a la comunidad.
En Managua era un amor, cariñoso, amable, único, llegaba a la sala de redacción de la prensa, o de otros medios, ahí le decían ¿Qué paso Negro? ¿Como esta Bluefields?…y el respondía… ¿En el mismo lugar brother—–y era aquella fregadera que se mezclaba entre risas y abrazos con los colegas?
Cuando Sergio iba a los barrios, era uno más de la familia, entraba a casa, se sentaba, no esperaba invitación, le pedía a las personas de casa que no se molestaran, se acomodaba en cualquier lugar y cuando iba alguna institución pública o universidad, no desaprovechaba la oportunidad para decirle una “Chinita” al funcionario, era una crítica en forma de broma.
Con el gremio de colegas, era controversial y las largas platicas de lo que había ocurrido en años anteriores en diversas experiencias y situaciones, era infinitas carcajadas de los momentos vividos.
Siempre se preocupaba por todo mundo, por la salud, por los problemas, y siempre tenia palabras de aliento para cada quien.
Un día de estos, un taxista me conto que Sergio se decían con una amiga, “rondón sin carne” porque hacia rondón, pero nunca había carne, pero siempre estaba todo lo demás, los bananos, la fruta de pan, la leche de coco, había todo, menos carne” desde ese entonces cada vez que la miraba o le llamaba, se decían, rondón sin carne. La platica salió porque en realidad la gente y nuestra comunidad, extraña a Ban Ban.
Sergio, amaba la comunicación, el periodismo, sobre todo el ejercicio de la prensa independiente por la democracia y la libertad de las personas y un pueblo que lucha por su propia autodeterminación.
Sergio, Ileana y Ángel, están en la memoria del pueblo, su legado esta en nuestro trabajo.
Bluefields, 14 de Junio.
JS.