La señora Mercedes Guevara, de 74 años, fue encontrada sin vida en su vivienda del barrio Villa 9 de Junio, en Managua.
De acuerdo a información preliminar, la adulta mayor habría sido atacada por su propio nieto, Oswaldo de Jesús Martínez Oviedo, de 24 años, quien luego de cometer el hecho se quitó la vida en el patio de la misma casa.
Según versiones de vecinos, momentos antes el joven le habría pedido dinero a su abuela, y al negarse ella, reaccionó con extrema violencia.
Este hecho no solo enluta a una familia, también deja al descubierto una realidad dolorosa que se repite en muchos barrios del país, incluyendo Bluefields, donde numerosas madres y abuelas viven con miedo dentro de sus propios hogares.
Madres, padres y abuelas que ya no pueden controlar a sus hijos o nietos atrapados en las adicciones., jóvenes que les roban, las amenazan, las agreden verbal y físicamente, y frente a quienes ya no existe autoridad, ni respaldo institucional suficiente para protegerlas.
Este caso refleja la ruptura del tejido familiar, el abandono de la salud mental, la normalización del consumo de drogas y la falta de programas reales de rehabilitación y acompañamiento.
¿Qué estamos haciendo como sociedad para proteger a nuestros adultos mayores?
¿Dónde están las redes de apoyo para estas familias antes de que la tragedia estalle?
¿Cuántas “Mercedes” viven hoy con miedo en silencio?
La violencia intrafamiliar causada por las adicciones no es un problema aislado, es una bomba de tiempo en muchos hogares nicaragüenses.
Mientras sea solo una notica roja o de suceso y no se atienda desde la prevención, la atención psicológica y la intervención comunitaria, seguiremos lamentando tragedias que pudieron evitarse.

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