El clamor de una madre que perdió a su hijo en la marcha cívica el dia de las madres.
“Ese día (30 de mayo del 2018) Javier cantando vivan los estudiantes y lloraba por la muerte de Alvarito Conrado, yo le pedí a mi Dios que no le pasara nada porque no sabría cómo vivir” así recuerda con angustia, la muerte de su hijo, doña Guillermina Zapata, de Managua, quien perdió a su hijo en las protestas cívicas ocurridas en Nicaragua.
Ese día, su hijo Francisco Reyes Zapata, se preparaba para asistir a la marcha del 30 de mayo que clamaban justicia por sus hijos sin saber que Francisco seria uno de los 19 jóvenes asesinados que protestaban contra la dictadura.
Imborrable
“Cuando salimos en la marcha, nosotros íbamos por la rotonda Jean Paul Genie, y vi una gran foto de la virgen María cargando en sus brazos a su hijo Jesús, más tarde yo estaría en esa escena, perdería a mi hijo en la entrada de la UNI”
Doña Guillermina aun vive el duelo por su hijo asesinado hace 4 años y dice que solo consigue fuerzas para vivir y soportar el duelo con la oración.
Juntos
“Sola la virgen María y mi Dios me mantiene con vida, yo nunca podre borrar de mi mente ver a mi hijo destrozado cuando era trasladado en la moto, es triste, triste, triste”
Francisco era su hijo quien la acompañaba en las ventas ambulantes que hacían casa a casa, dentro o fuera de Managua, juntos recorrieron madre e hijo, diversos lugares de Rivas vendiendo ropa.
Aguerrida
Ella es una mujer fuerte, luchadora, y pese a estas circunstancias de la vida, sigue luchando por sus hijos, quienes están en el desempleo apoyándole en la venta de ropa para conseguir sus alimentos.
“Tengo tres hijos varones, ellos me apoyan en lo que pueden porque están desempleados, el mayor tiene 39 años, pero es enfermo, tuvo un derrame cerebral pero poco a poco lo he venido recuperado con los tratamientos” señala Doña Guillermina y enfatiza que el padre de sus hijos, es un expolicía y cuya prestación social es bien limitada.
Unidas para enfrentar el duelo
Aunque ella esta organizadas con las madres de abril se acuerpan y animan, pero no pueden desarrollar ninguna actividad porque tienen a la policía encima quienes además de guiarles cualquier objeto las pueden encarcelar.
“Mi mayor anhelo es la justicia, nadie escapa de la justicia, el grito de las madres es desgarrador y pese a que querían callar las voces de los inocentes, estas le retumbaran a sus criminales y actores, para toda su vida”
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Habrá justicia
“Mi hijo era un muchacho amoroso, no merecía morir de esa manera, la justicia divina prevalecerá y los criminales caerán”
“El mundo entero vio cómo caían nuestros hijos el 30 de mayo, ellos saben que no estamos solas, que se hará justicia por esas vidas inocentes”
