En un operativo conjunto entre la Armada Nacional de Colombia y la Fuerza de Tarea Conjunta Interagencial del Comando Sur de Estados Unidos (JIATF-S), se logró la incautación de 2.9 toneladas de marihuana y 500 kilos de cocaína que eran transportados en una embarcación en el océano Pacífico. La operación se llevó a cabo a 180 millas náuticas de Bahía Solano, en el departamento del Chocó, tras una persecución de más de 40 minutos en aguas internacionales.
Persecución y hundimiento de la embarcación
Según el comunicado de la Armada Nacional de Colombia, la tripulación de la embarcación estaba compuesta por tres colombianos y un nicaragüense, quienes intentaron huir a gran velocidad al notar la presencia de las autoridades. Sin embargo, tras una intensa persecución, la nave fue interceptada.
Al verse rodeados, los tripulantes provocaron el hundimiento de la embarcación con la intención de destruir la droga y evitar su captura. Sin embargo, los efectivos lograron rescatar tanto a los ocupantes como al cargamento ilícito, junto con 550 galones de combustible usados para la travesía.
Destino de la droga y modus operandi
Las investigaciones preliminares indican que el alijo tenía como destino países de Centroamérica, donde sería distribuido a grupos del narcotráfico antes de ser enviado a Estados Unidos. Se presume que esta droga pertenece a una red criminal transnacional con presencia en Colombia, Nicaragua y otras naciones de la región.
El océano Pacífico se ha convertido en una de las principales rutas del tráfico de drogas, especialmente a través del uso de lanchas rápidas y semisumergibles que transportan grandes cargamentos de cocaína y marihuana desde Sudamérica hacia el norte del continente.
Capturados y proceso judicial
Los cuatro tripulantes capturados fueron entregados a las autoridades competentes en Colombia, donde enfrentarán cargos por tráfico, fabricación y porte de estupefacientes, así como otros delitos relacionados con el crimen organizado y el narcotráfico.
La Armada de Colombia destacó que este operativo es parte de la lucha contra las estructuras criminales dedicadas al tráfico de drogas en el Pacífico, una región clave en las operaciones de los cárteles. Además, resaltó la importancia de la cooperación con agencias internacionales como el Comando Sur de Estados Unidos (SOUTHCOM) en el combate al narcotráfico en la región.
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