Gertrudis Arias se hizo conocida en 2002, cuando se atrevió a sentar en el banquillo al expresidente Arnoldo Alemán, acusado de corrupción en el famoso caso Canal 6. Fue un acto histórico y valiente en un contexto donde muy pocos se atrevían a cuestionar a los poderosos.
En 2013, Arias fue destituida tras otorgar arresto domiciliario a varios acusados de narcotráfico. A pesar de las presiones y el castigo, siguió adelante con su vida profesional como abogada y notaria, manteniéndose fiel a sus principios.
A pesar de las presiones políticas siguió adelante con su vida profesional como abogada y notaria, tras la crisis sociopolítica marcada por represión y la sumisión de los poderes del Estado al régimen actual, Arias decidió llevar un perfil bajo y dedicarse en silencio a su trabajo.
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