¿Conservación vs. Sobrevivencia?

El dilema de la veda de langosta en el Caribe nicaragüense”

La delegación del INPESCA en Corn Island supervisa que las nasas cumplan con las especificaciones técnicas para evitar la captura de langostas fuera de talla. realizó inspecciones en cuatro talleres de construcción de nasas (trampas para langostas) como parte de los preparativos para la temporada de pesca, que iniciará el 1º de julio de 2025.

Durante las visitas, se verificaron 2,962 nasas, las cuales cumplen con la normativa de una rejilla de escape de 2 ⅛ pulgadas, medida que permite la liberación de langostas juveniles y asegura la sostenibilidad del recurso.

Durante el periodo de veda (del 1º de marzo al 30 de junio), se prohíbe la pesca y comercialización de este crustáceo, y se realiza un inventario de las nasas en los bancos pesqueros de Bilwi, Corn Island y Bluefields, donde se proyectó extraer 245,000 nasas.

Pescadores enfrentan dificultades económicas

Mientras dura la veda, muchos pescadores se dedican a la reparación de embarcaciones, construcción de nasas o trabajos temporales (como la construcción) para sostener a sus familias.

A través del Ministerio de la Familia, se entregó a buzos y pescadores un irrisorio bono de 500 córdobas (aproximadamente 14 USD), monto que los afectados califican como “irrisorio” y apenas alcanza para dos días de alimentación básica.

Aunque las medidas de control buscan proteger la langosta del Caribe recurso clave para la economía local, los pescadores exigen mayor apoyo durante la veda, ya que la falta de ingresos los obliga a buscar alternativas precarias y pese al alto costo de este rubro de exportación las comunidades pesqueras apenas tienen para sobrevivir.

¿Cómo redistribuir mejor los beneficios de este recurso?

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