Desde la noche del domingo 9 de julio, que fue detenido en Managua, el régimen no brinda información de su paradero.
La noche del domingo 9 de julio, la policía del régimen detuvo al padre Fernando Zamora Silva, canciller de la Diócesis de Siuna, después que saliera de una misa de toma de posesión sacerdotal en la parroquia San Luis, en Managua.
De acuerdo con testigos, el sacerdote fue detenido cuando su vehículo se detuvo en los semáforos del sector de La Robelo, en carretera Norte, en Managua, ubicados a pocos metros del templo.
Agentes policiales detuvieron con violencia al sacerdote, a quien se llevaron con todo y vehículo con “rumbo desconocido”, denunciaron testigos, quienes confirmaron que al momento de la misa, que fue celebrada por el Cardenal Leopoldo Brenes, habían policías asediando la Iglesia San Luis.
Por su parte, la abogada Martha Patricia Molina, quien ha documentado más de 529 ataques en contra de la Iglesia Católica en Nicaragua, preguntó en sus redes: “¿Dónde está el padre Fernando Zamora? La Policía lo secuestró”, denunció.
El religioso, con 27 años de vida sacerdotal, quien además es juez del Tribunal Eclesiástico de Nicaragua se convierte en el séptimo cura detenido por la Policía, entre ellos Monseñor Rolando Álvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa, quien se resiste a exiliarse por caprichos del dictador.
Prohíben entrada a otro cura
Este fin de semana, la dictadura también negó la entrada al sacerdote Juan Carlos Sánchez, Vicario de la parroquia San Francisco de Asís, en Bolonia, después que regresaba procedente de Estados Unidos, adonde había viajado para visitar a familiares.
El padre Juan Carlos Sánchez, salió de Nicaragua a una ordenación sacerdotal a Bolivia y de ahí, viajó a Estados Unidos, para reunirse con familiares, relataron feligreses de la parroquia.
De acuerdo al informe, desde el año 2018, el régimen de Ortega ha desterrado a más de 80 religiosos, entre obispos, sacerdotes y monjas.
Fuente. Voces en Libertad