En cualquier lugar que Ileana llegaba se ganaba el cariño de todos, como corresponsal de un diario, como tallerista, como maestra, como amiga, como periodista; dejó una huella imborrable.
Ileana Lacayo, la voz que jamás cayó injusticias
Hoy 29 de abril se cumplen dos años de su partida física, pero se mantiene su legado, sus huellas y su compromiso con el periodismo independiente.
En este artículo te contamos 5 datos de Ileana Lacayo como una forma de honrar su legado.
- Al concluir su quinto año de secundaria viajó a México a estudiar una licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Guadalajara.
En México la recibió apoyo de su tío Juan Lacayo, quien era catedrático de esa universidad. Quien quería que su sobrina fuese economista, pero ella decidió ser Periodista. - Fue una fuerte aliada de la Asociación de Radios Comunitarias (AMARC) para Latinoamérica y el programa Centroamérica en Sintonía.
Tuvo mucha experiencia trabajando con radios comunitarias en El Salvador, Honduras, Guatemala, Costa Rica y Ecuador. - Ella nunca trabajó en notas rojas o de sucesos. Era una dura crítica contra los promotores de esa línea informativa.
Fue incansable luchadora por la igualdad de las mujeres y como periodista de la Boletina-Revista Feminista, siempre proyectó la necesidad de respetar a las mujeres.
El dolor más grande en la vida de Ileana
4. El momento más difícil descrito por Ileana fue perder a su primer hija.
Enfrentó la enfermedad de su primogénita Mirjana, quien después de muchas luchas, falleció. Ver morir a su hija fue un dolor que nunca superó.
Tiempo después volvió a ser madre de una niña a quien nombró Kimberly, y a quien amo infinitamente.
5. Ileana anexó a su profesionalismo la carrera de derecho porque siempre decía que los abusadores están en todas partes. Cuando se reclaman los derechos de las minorías son contados los abogados que los defienden.
Ileana siempre se caracterizó por amor y entrega, pese a ser exigente en cuanto a calidad siempre estaba pendiente de los colegas y movía cielo, mar y tierra para ayudar a quien necesitaba.
En una ocasión, Ángel Gahona que en paz descanse, le llamó la “mamá de los pollitos” porque cuando había pugnas en gremio periodístico siempre recibía, atendía y acompañaba con soluciones.