Luego del paso de los huracanes Eta e Iota en el año 2020, la pesca de la langosta se ha mantenido baja en el Caribe Norte y Sur de Nicaragua.
Algunas empresas langosteras de Bluefields, perdieron sus nasas, lo que provocó grandes pérdidas económicas, por otro lado los bancos de pesca siguen afectados sin producir a como lo hacían antes.
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Omar Hebbert, es un joven capitán de barco, que pese a la situación sigue sus instintos y busca nuevas zonas para encontrar bancos de pesca y así lograr productividad.
“La pesca se mantiene en descenso, no alcanzamos números, sin embargo el precio de la langosta ha estado mejor que en otros años y eso al menos compensa la poca captura”, detalló el capitán.
Hebbert es parte de una empresa familiar que trabajan con 8 barcos, los que dan empleos a 13 tripulantes por embarcación.
“Si la pesca va mal el comercio también, porque una buena parte de las familias de Bluefields, sobreviven de eso”.
La esperanza de los marinos es que las cosas mejoren antes de la llegada de la veda en el mes de marzo.