Si alguien ha perdido con la anulación del partido indígena Yapti Tasba Masraka Nanih Aslatakanka, Yatama, es la misma costa Caribe, que ahora carece de una verdadera representación autóctona.
Esta zona del país es una contradicción en sí misma; dueña de territorios vírgenes y ricos en minerales y especies de maderas preciosas, pero viven una pobreza abrumadora donde falta educación, infraestructura, buenos servicios de salud y empleos.
Para Dollene Miller, socióloga de profesión y activista afrodescendiente, la anulación de Yatama es una estocada a la autonomía de la Costa Caribe nicaragüense que luchaba para superar sus males.
“Todos perdemos con la destrucción de este partido político indígena autóctono de la costa Caribe, nadie aquí en la zona gana, porque desaparecen las iniciativas naturales de organización indígena para participar en procesos e iniciativas políticas en donde existe constitucionalmente un derecho a la organización política”, explica.
Una lucha sin descanso
La activista añade que el país entero pierde en materia de derechos humanos, cívicos y políticos.
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“Si se cierran espacios de participación cívica, se violan los derechos constitucionales de una población que define cómo quiere organizarse o como quiere participar en contiendas electorales para asegurar su voz en los espacios políticos del país, llámese Asamblea Nacional, consejos regionales o municipales o para representar políticamente a un sector de la población que considera que los puede representar en cualquier ámbito”, señaló.
Yatama surge de dos agrupaciones políticas: Misurasata y Misura-Kisanla. La segunda llamada Unidad Indígena de la Costa Nicaragüense dirigida por Steadman Fagoth.
La primera por varias facciones de Miskitos, Sumos, Ramas. Ambas tenían desacuerdos, sin embargo, llegaron a un entendimiento y se fusionaron en 1988 para dar paso a Yapti Tasba Masraka Nanih Aslatakanka.
Costa Caribe en constante asedio
Los indígenas del Caribe han venido sufriendo exterminio, persecución política, cárcel, muerte y más recientemente destierro y exilio forzado, pero siempre logran sobreponerse.
En 1969, la Asociación de Comunidades de Agricultores del Río Coco, (Acaric), surgió con los mismos ideales que han defendido otras organizaciones políticas del caribe como lo hizo Yatama.
Acaric, por ejemplo, tenía por objetivo promover el mejoramiento de la vida socioeconómica de la población indígena del Río Coco o Wangky.
En la década de los 70, nace para representar a las comunidades indígenas, la Asociación para el Progreso de los Pueblos Miskitos y Sumos, Alpromisu.
Yatama sabe de guerra
A finales de septiembre de este año, en Bilwi, Puerto Cabezas, se llevó a cabo el secuestro del líder del partido político indígena de Yatama, Brooklyn Rivera, tras un operativo policial y paramilitar en el que como una acción grave; el régimen usó a brigadistas de salud y una ambulancia del Ministerio de Salud, Minsa.
La acción ha logrado la condena nacional e internacional, no solo por la forma en que se ejecutó, sino porque el político, era un diputado de la Asamblea Nacional.
El Estado debió garantizar su inmunidad, pues el fuero político es precisamente para evitarse represiones de otro poder del Estado como el Ejecutivo que ordenó su secuestro y cárcel.
Miller lamenta las acciones ilegales contra Yatama, contra Brooklyn Rivera y su segunda en la organización política Elizatebh Enriquez, y contra otros líderes de la organización indigena.
“Nadie puede olvidar que Yatama no solamente jugó un papel importante en acciones militares para establecer las demandas de los pueblos de la costa Caribe, también fue pionero en la organización de estructuras políticas de mucha importancia para fortalecer la autonomía, la autodeterminación y el desarrollo de la costa Caribe”, recordó.
