Tras el escritorio su figura menuda era casi perfecta; tez bronceada, pocas pecas, ojos color miel, cabello lacio castaño sobre los hombros. Se levantó para saludarlo brindándole su mano y, al estrecharla, sintió el calor de su sangre mediterránea. Le...
Emilce remendaba mis pantalones sentada en la cama, poniéndoles hilos nuevos en los mismos orificios de la costura de los lados para que durarán un poco más, después de años de no poder comprar jeans nuevos.
Abrió los álbumes de fotografía que guardaba en la nube y sus ojos brillaron, se humedecieron y esas gotitas de dolor se escurrieron por su mejilla, aliándose con la miopía que padecía para provocarle una visión aún más borrosa. La...