45 AÑOS DESPUÉS

Emilce remendaba mis pantalones sentada en la cama, poniéndoles hilos nuevos en los mismos orificios de la costura de los lados para que durarán un poco más, después de años de no poder comprar jeans nuevos. También les cambiaba el elástico a mis calzoncillos para que no se me bajaran. Yo la miraba deslumbrado, como todos los días, no era para menos. Siempre fue una mujer bella.

Tenía el cabello corto, ondulado con un mechón que caía sobre su frente. Sus labios finos de color rosa mostraban una amplia sonrisa, sus ojos color de miel mostraban el brillo de los míos, su piel clara y tersa y su cuerpo esbelto y firme, era un cuerpo de atleta. Bien podía haber enamorado a cualquier hombre, incluso muy adinerado, pero se decidió por mí.

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Ella siempre olía a limpio, a frescura. En casa no faltaban detalles que hicieran sentirme a gusto, en esa casita de Juigalpa donde vivíamos en tiempos de postguerra, una casa pequeña y calurosa, y si no fuera por ella se hubiera transformado en un infierno.

Eran tiempos de muchas carencias, de temores y desesperanzas, pero en nuestra casita nada de eso nos desanimaba. Todo por Emilce. Por ella salí de Juigalpa, me vine para el trópico húmedo, abandoné todos los años de vida en esa ciudad, años de trabajo intenso de hasta tres empleos, por las mañanas, por las tardes y por las noches, para poder sobrevivir con nuestros chavalos.

Siempre llena de amor y voluntad

Ella siempre estuvo a mi lado aun cuando me quedé sin empleo en un ambiente hostil, y con su trabajo y sus emprendimientos logró mantener a flote a nuestra familia. Todo ello me hizo ver que nadie puede quitarte tus ideales y, muchos menos, la voluntad y amor que sentimos.

Hoy, la sigo viendo de la misma manera. La veo activa en casa, pendiente de todos nuestros hijos y nuestros nietos, cuidando sus plantas y tomando iniciativas que a todos nos brindan un puerto seguro. La veo caminar en los alrededores del patio de nuestra casa y no sé qué haría sin ella, aunque a veces los nietos digan que dejemos de pelear. La conocí un 5 de abril y hoy, 45 años después, la sigo amando.viernes, 8 de abril de 2022
Nueva Guinea, RACCS.

Escrito por Ronald Hill Alvarez