Profesora Lizeth Pictán Chacón

Un programa especial en lengua miskita, un desafío para el sistema educativo costarricense

La niñez misquita que vive en Costa Rica y accede a la escuela se enfrentan a las barreras del idioma. El mayor desafío para el estudiantado miskito es acceder a un sistema de enseñanza monolingüe. Lograrlo no es imposible. Una opción es aprovechar las capacidades que ya hay en la comunidad miskita exiliada. 

Desde hace siete años, la profesora Lizeth Pictán Chacón, originaria de una comunidad indígena de Prinzapolka en el Caribe Norte de Nicaragua, imparte clases en miskito, una decisión que tomó al observar este vacío en Costa Rica. “Tengo 12 años de vivir en Costa Rica y siete años trabajando para el Ministerio de Educación (MEP) para atender la asistencia de niños miskitos que no hablaban español”, comenta.

Agrega que, hace siete años, hubo mucha matrícula de niñez procedentes de la Costa Caribe de Nicaragua que no hablaban español. Entonces, el MEP desarrolló esa iniciativa para preservar la lengua miskita, destaca Pictán.

La maestra señala que para la implementación de la iniciativa inicialmente se guio del apoyo curricular que desarrolló como profesora indígena en su comunidad de origen, “en este caso se trabaja para preservar la lengua”.

Profesora Lizeth Pictán Chacón / NB

Como funciona

Aunque la iniciativa no se atiende a través de un programa especializado, se aborda como una materia complementaria, es decir, el estudiantado puede entrar a la clase de miskito cuando no están recibiendo ninguna materia esencial. Cada semana pueden asistir a espacios que duran entre 80 y 120 minutos cada sesión.

“La enseñanza del idioma se desarrolla en dos maneras: oral y escrita, producción escrita para niños que pueden escribir la idea y cursan del cuarto al sexto grado y la expresión oral y escucha para niños más pequeños”, resaltó la docente.

La maestra ha identificado que “algunos de estos niños hablan correcto el miskito” y pueden mejorar en otras asignaturas usando su idioma.

Al inicio el programa se desarrollaba en una sola escuela y atendía a 10 estudiantes. Este año atiende a 46 estudiantes de educación primaria de entre 6 y 12 años en los centros educativos:  Finca San Juan, Escuela Lomas del Río y Rincón Grande.

Escuela Primaria en Alajuelita. San José. Costa Rica / NB

Niñez debe estar en la escuela

Para integrar a la población diversa al Sistema Educativo Costarricense, el MEP a través del Departamento de Educación Intercultural atiende a poblaciones indígenas o con situaciones migratorias especiales, como es el caso de la población estudiantil refugiada o solicitante de refugio. 

De acuerdo con la cartilla “lineamientos para la atención de la población refugiada en el sistema educativo costarricense” el trabajo en el aula parte de la cultura de origen de los estudiantes para integrar a la población asilada en Costa Rica con el fin de contribuir a romper el ciclo de vivencias negativas que les obligó a salir de su país de origen.

La profesora aconseja a las familias miskitas en asegurar el acceso a la educación de sus hijos e hijas: “Tienen derecho a la educación, pero a veces, los padres creen que, por no tener documentos legales, no pueden mandar a los niños a la escuela. Siempre se les ha dicho que con sólo que tengan una constancia de nacimiento pueden matricularlos. Ningún niño puede quedarse en la casa sin estudiar, tienen que llevarlo ya teniendo la edad de cuatro años y medio en materno, cinco años en el kínder y de seis años, ya tiene que estar en primer año de escuela”, finalizó diciendo la profesora.

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