Joven originario de Siuna, tenía 9 días de estar en el país, y era su segundo día de trabajo
El joven Cesar Antonio Aguinaga Castilblanco, de 31 años de edad, murió al caer accidentalmente desde el quinto piso de un edificio, mientras realizaba labores de limpieza en su nuevo trabajo en Miami, USA.
Según medios estadounidenses, Cesar llegó a Estados Unidos el 3 de marzo, en su ingreso, estuvo detenido en un centro migratorio, pero fue dejado en libertad dos días después, y un día antes de la tragedia, cumplió sus 31 años de vida, lamentablemente murió en su segundo día de trabajo.
Cesar es originario de Siuna, en el Caribe Norte y antes de emigrar a Estados Unidos, trabajaba para una financiera, pero el bajo salario y la carestía de la vida lo obligó dejar a su cónyuge y a su hijo para buscar una mejor calidad de vida.
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Otros que murieron trabajando en el exterior
Casos como los de César Aguinaga se están volviendo común en el exterior, el 1 de agosto de 2020, Eleazar Blandón, originario de Matagalpa murió a causa de un golpe de calor cuando cortaba sandías, expuesto a temperaturas de 41 grados Celsius.
El nicaragüense murió abandonado en la entrada a un centro asistencial, en donde llegó sin signos vitales.
Otra tragedia ocurrió en mayo de 2021, cuando Aldrich Rivera, un joven migrante nicaragüense, murió electrocutado en Huelva, Andalucía, España, mientras trabajaba como cortador de naranjas, el joven también iniciaba su jornada laboral.
Aldrich Rivera tenía 30 años y era originario de Camoapa, Boaco. En Nicaragua trabajaba como taxista, pero emigró para mejorar la situación económica de su familia. Era padre de dos hijos.
Muere electrocutado
El 3 de octubre de 2021, el nicaragüense Santos Cristóbal Gutiérrez Blandón, murió de forma instantánea después de recibir una descarga eléctrica. El hecho se registró en Cahuita, Limón, Costa Rica, según información publicada por el Diario Extra de ese país.
La información suministrada por el Diario Extra, de momento se desconoce si al momento de la tragedia, el infortunado se encontraba trabajando.
En ninguno de los casos, ha habido justicia y las repatriaciones han sido costeadas por los familiares de las víctimas, quienes han solicitado dinero a la ciudadanía para pagar los gastos.
Líderes de la Iglesia Católica en Nicaragua han lamentado la migración de nicaragüenses, quienes en su travesía para llegar a otros países han muerto de forma trágica, sin poder cumplir sus sueños.
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