Maestras y amigos recuerdan a Bryan, el adolescente asesinado con saña

Sus tenis blancos, la camiseta escolar del Instituto Colon, su gorra y otras prendas que uso en su pequeño recorrido de vida, acompañan el féretro de Bryan que amigos y familiares recuerdan con cariño.

Bryan Flashey Chevez de 16 años de edad, fue asesinado el domingo 25 de septiembre en horas de la madrugada cuando participaba junto a unos amigos en un cumpleaños en el barrio Pancasán, de la Ciudad de Bluefields.

 El junto a dos personas más habían decidido salir a esperar a la calle a un amigo que andaba comprando una botella de licor, ya que estaban preocupados porque eran más de la 1:00 am.

Al salir a la vía pública fueron interceptados por varios sujetos, todos jóvenes, quienes al ver a Bryan dijeron: ahí está, es él, por lo que el adolescente y sus dos acompañantes procedieron a correr para protegerse.

Sin embargo, Bryan fue inmovilizado por los delincuentes quienes le propinaron 17 heridas con arma blanca en diferentes partes del cuerpo, luego los asesinos huyeron.

Un testigo que presenció el hecho dijo fuera de entrevista que Bryan murió en el lugar donde fue atacado.

El acta de defunción entregada a la familia doliente refiere que las causas de la muerte del adolescente fueron: un shock hipovolémico más herida penetrante en el tórax.

Bryan vivía bajo amenazas

La profesora Nurllajan Suárez, guía de la sección donde estudiaba su cuarto año en el Instituto Nacional Cristóbal Colón, Bryan Flashey Chevez, dijo que el adolescente recibía amenazas por parte de otros jóvenes que no eran del centro escolar.

En el instituto lo cuidaban bastante para que saliera seguro a esperar taxi e irse a su casa, inclusive para salvaguardar su integridad física habían decidido que no iba a participar del desfile patrio.

“A Bryan varias veces lo persiguieron, una vez que los delincuentes lo agarraron le robaron sus pertenencias y en ese momento fuimos a la policía a poner la denuncia, esos jóvenes que lo amenazaban no eran del instituto, por eso él caminaba con mucho cuidado”, destacó la profesora.

“Él estaba tratando de ser un buen estudiante, en este último parcial había mejorado sus notas, dijo que quería ser un mejor hijo, que al finalizar su secundaria deseaba trabajar en barco turístico o en un call center”

“Esto que pasó es imperdonable, pido que haya justicia, que las autoridades hagan cumplir las leyes, porque los jóvenes deben de entender que la violencia no soluciona ningún problema”, mencionó Suárez.

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La docente a su vez expresó que los padres de familia deben de estar más pendientes de sus hijos, saber qué hacen, dónde van, quiénes son sus amistades, mantenerlos vigilados, porque son niños que quieren actuar como adultos y lamentablemente en nuestros días los adolescentes y jóvenes no miden sus actos, ni el dolor que causan en sus padres.